El último año que pasamos en la escalera de la Plaza de San Pedro fue un año de esos de tirar la casa por la ventana, con apartado infantil, dobles sesiones: por la tarde para seres humanos en vías de desarrollo y por la noche para adultos. Normal que no lo hiciésemos más que en esta novena edición. Acabábamos reventados. Tuvieron que pasar poco más de diez años para que lo volviésemos a hacer, con menos coste energético, eso es cierto.
Financiado por el Ayuntamiento de El Sauzal, el Cabildo de Tenerife, el Gobierno de Canarias y Teatrofia Clown Company.
Otro año más, otra edición, otra vez buscar perras, otra vez buscar cojines en los todo a 1 euro, otra vez montar el mismo tinglado…
Todo este trajín que nos traemos siempre con el Festival de Narración Oral, Verano de Cuento, tiene de bueno que nos obliga a ponernos las pilas, a ser resolutivos, a no envejecer. Y ahí está la clave: envejecer. Verán: hace ahora ocho años que empezamos con esta idea, y ahí seguimos, con ganas, sí, pero caray, somos ocho años menos jóvenes que cuando empezamos, y se nos nota (a algunos más que a otros, para qué vamos a engañarnos).
Somos mucho más transigentes con unas cosas y mucho menos con otras, qué le vamos a hacer, la edad tiene eso; disfrutamos más con nuestra gente, es decir, con los actores y con el público; estamos dispuestos a pagar 1,50 € por una cervecita, que ya les vale; encantados con dejarnos la piel para defender el trabajo bien hecho… Pero mira, envejecemos con orgullo y tal.
Porque no sabemos si sabrán que hay quien no. Que eso de envejecer les trae por el camino de la amargura. Que lo llevan muy mal, vamos: operaciones estéticas, tetas postizas, botox…; fitness, correr como auténticos cobardes por las calles, aparatos imposibles que se venden a eso de las tres de la madrugada…; y tantos y tantos elixires de la eterna juventud. El penúltimo de ellos: baba de caracol… ¡ey!
Ahora imagina que vuelves del jardín hasta el gorro de escabechar los caracoles que mordisquean alevosa y nocturnamente tus plantas favoritas, entras en casa y ves a tu pareja total y absolutamente babeada, hasta las cejas, por un helix aspersa, llevas en la mano un aplicador fácil de utilizar que cubre hasta 500 metros cuadrados repleto de sulfato ferroso como principio activo al uno por ciento de la multinacional mata Amazonas Bayer Advanced Dual Action Snail & Slug Killer Bait. ¿Qué haces?
Uno puede querer envejecer o no, pero que sea con orgullo.